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"Adiós a la OMS: EE. UU. y Argentina lideran un nuevo orden sanitario mundial"

José Juan Conejo Pichardo

28 may 2025

Geopolítica

Washington-Buenos Aires. En un giro sin precedentes que podría redefinir el panorama global de la salud pública, Estados Unidos y Argentina anunciaron su salida definitiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y propusieron la creación de un sistema sanitario internacional alternativo, libre de intereses políticos, corrupción y estructuras burocráticas ineficaces.


La noticia fue confirmada mediante una declaración conjunta entre Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., y Mario Lugones, ministro de Salud argentino, quienes coincidieron en que la gestión de la pandemia por parte de la OMS expuso deficiencias operativas graves, falta de transparencia y una peligrosa subordinación a intereses geopolíticos.


"La pandemia de COVID-19 evidenció que el actual sistema sanitario global es vulnerable a la desinformación, la censura y la manipulación por parte de regímenes autoritarios. Es hora de construir un nuevo paradigma sanitario, basado en ciencia real, soberanía nacional y cooperación genuina", afirmó Kennedy.


Ambos países extendieron una invitación abierta a otras naciones a unirse a este proyecto que califican como "una nueva era de cooperación sanitaria mundial", orientado a la soberanía de los pueblos y a la obtención de resultados concretos en salud.


Aunque aún no se ha revelado el nombre oficial de esta alternativa, la visión es clara: reemplazar un sistema que —según los impulsores— se ha vuelto obsoleto, ideologizado y sometido al control de potencias como China. En sus redes sociales, Kennedy subrayó que la nueva estructura será “una red científica transparente, descentralizada y resistente al control totalitario”.


La decisión sigue los pasos del expresidente Donald Trump, quien en su segundo mandato firmó la orden ejecutiva para abandonar la OMS tras acusarla de encubrimiento en los orígenes del brote de COVID-19 en Wuhan. Javier Milei replicó esa medida en febrero, consolidando una alianza sanitaria transcontinental entre las dos mayores economías de Occidente y el Cono Sur.


Análisis geopolítico: Este movimiento conjunto entre EE. UU. y Argentina marca un punto de inflexión en el equilibrio de poder dentro del sistema multilateral. Más allá de una cuestión sanitaria, se trata de una ofensiva estratégica contra el modelo de gobernanza global centralizada, particularmente contra el rol de China en organismos internacionales.


El distanciamiento de la OMS debe entenderse como una resistencia al globalismo sanitario y una reafirmación del principio de soberanía nacional en tiempos de crisis. Estados Unidos busca con esta iniciativa consolidar un liderazgo alternativo al de la ONU, creando redes paralelas que puedan competir con los organismos existentes, al tiempo que fortalece sus lazos con gobiernos ideológicamente afines, como el de Javier Milei.


Por su parte, Argentina reconfigura su alineación internacional, abandonando el eje sudamericano tradicional para integrarse a una nueva derecha internacional libertaria, tecnocrática y con visión atlanticista. Esto no solo tendrá impacto en los modelos de salud pública, sino también en comercio, seguridad y tecnología sanitaria.

El desafío será atraer aliados estratégicos que respalden esta iniciativa sin fragmentar aún más la arquitectura de cooperación global. De concretarse, estaríamos ante el nacimiento de una nueva coalición de países dispuestos a redefinir la salud internacional bajo una lógica multipolar, con menos burocracia y más control soberano.


Este es un terremoto diplomático que podría redibujar las reglas del juego en los próximos años.

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