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Omnicracia: el poder del todo

José Juan Conejo Pichardo

16 jul 2025

Análisis Político

México se encuentra en un punto de quiebre histórico. La gente está cansada de partidos que prometen cambiarlo todo y terminan perpetuando los mismos vicios. Las calles ya no solo se llenan de marchas, sino de nuevas ideas y voluntades firmes. En medio de este hartazgo colectivo nace Omnicracia, un movimiento que no representa a un partido, sino a millones que ya no se sienten representados por nadie.


Fundado por Izahí Santana, Omnicracia no se vende como la “salvación” de México ni promete ser un milagro político. Se define como una rebelión consciente: un llamado urgente a recuperar el poder que siempre ha pertenecido al pueblo y convertirlo en fuerza transformadora.


"El poder es del todo, o no es poder", afirma Santana. Esta frase resume la esencia de Omnicracia: todos participamos, todos somos responsables y todos cosechamos el resultado. Aquí no hay márgenes para la indiferencia ni espacio para el paternalismo político.

Una visión que nos reta


Omnicracia no nace para salvar al planeta, sino para salvarnos a nosotros mismos. Porque, aunque nos guste creer que estamos "cuidando la Tierra", la realidad es que el planeta seguirá existiendo millones de años más. Lo que se está extinguiendo es nuestra capacidad de vivir dignamente sobre él. La contaminación, el abuso de recursos y la mentalidad consumista están cavando nuestra propia tumba.


Este movimiento propone un cambio radical: pasar de la cultura de la resolución —arreglar los problemas que nosotros mismos generamos— a la cultura de la prevención. Cada ciudadano debe volverse responsable de su entorno inmediato, desde limpiar un parque hasta cuidar el agua y participar activamente en la administración de su comunidad. No es un romanticismo verde: es supervivencia pura.


Propuestas concretas y disruptivas


Omnicracia no se queda en discursos idealistas. Sus propuestas son tan directas como revolucionarias:


Cada ciudadano deberá dedicar al menos una hora mensual al cuidado y limpieza de su comunidad.

  • Se impulsará la creación de huertas urbanas y el suministro de energía renovable para reducir la dependencia económica y comenzar a eliminar la "necesidad" del dinero.

  • Se garantizará el acceso al agua potable como derecho fundamental en todos los hogares.

  • Se despenalizarán los narcóticos como estrategia probada para desarticular el narcotráfico, reducir la violencia y regular la salud pública.

  • Se creará una plataforma digital para calificar y vigilar en tiempo real a todos los administradores y fuerzas de seguridad, empoderando a los ciudadanos para ser auditores permanentes del poder público.


Además, Omnicracia propone transformar por completo el sistema educativo: reducir los años de preparatoria, incluir talleres prácticos (electricidad, carpintería, programación), educación financiera, filosofía y derechos humanos. La meta: crear jóvenes preparados para la vida real, con conciencia cívica y capacidad para innovar.


El renacer de la participación ciudadana


El movimiento sostiene que no debe existir “gobernantes” sino “administradores” elegidos por logros y capacidades, no por carisma o marketing político. Estos administradores serán remunerados en proporción directa a sus resultados y estarán sujetos a vigilancia continua por la ciudadanía.


Así se busca romper el paradigma del político eterno, blindado por partidos y burocracias. En Omnicracia, cada individuo se convierte en el principal actor político. La supervisión ciudadana deja de ser una utopía para convertirse en obligación y derecho al mismo tiempo.


La idea va más allá de México. Bajo el concepto de Nación Latinoamérica, Omnicracia aspira a que nuestro país sea la punta de lanza de una nueva era en la región. Una Latinoamérica unida, responsable y libre que logre competir —y superar— a cualquier economía mundial. Una utopía realista, basada no en ideologías, sino en la cooperación y el respeto mutuo.


Ventajas y desafíos

Entre los principales pros del movimiento destacan:

  • La creación de una verdadera cultura de responsabilidad colectiva, algo ausente en el México actual.

  • La disminución de la corrupción al desvincular el poder político de intereses partidistas y económicos.

  • La transformación educativa, que podría detonar la innovación y el desarrollo sustentable a gran escala.

  • El fortalecimiento del tejido social y el sentido de comunidad a través de acciones concretas y cotidianas.

  • Pero también enfrenta grandes retos:

  • La resistencia de las élites políticas y económicas que ven amenazada su estructura de poder.

  • La apatía ciudadana profundamente arraigada, resultado de décadas de decepción política.

  • La complejidad de implementar medidas radicales, como la despenalización de narcóticos, sin provocar choques violentos o reacciones internacionales adversas.

  • La dificultad de convertir un ideal colectivo en políticas públicas eficaces y sostenibles.


¿una utopía alcanzable?


Omnicracia es un grito desesperado y valiente al mismo tiempo. Un llamado a tomar las riendas, a dejar de esperar que un “mesías” arregle el país y asumir la responsabilidad de nuestro presente y futuro.


Izahí Santana y sus seguidores entienden que México no necesita otro partido, necesita un nuevo contrato social, una nueva ética de corresponsabilidad que empodere al ciudadano común y termine con la dinámica de opresores y oprimidos.


La propuesta puede parecer utópica, pero toda transformación profunda empezó siendo un sueño imposible. La diferencia radica en el compromiso y la capacidad de sostener la lucha más allá del entusiasmo inicial.


Hoy, Omnicracia no se vende como la solución mágica, sino como el inicio de una nueva era donde el poder vuelve a su verdadero dueño: el pueblo. Y como bien lo dice el movimiento: "Esto no es una moda. Es una rebelión consciente. Apenas estamos comenzando".

Unidad, paz y responsabilidad: tres palabras sencillas que podrían marcar el inicio del mayor cambio social en la historia reciente de México. El reto no está en Izahí Santana, ni siquiera en Omnicracia. El verdadero reto está en cada uno de nosotros.


Puedes obtener más información en su canal de YouTube Omnicracia y su web https://omnicracia.com/principios/


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