José Juan Conejo Pichardo
9 oct 2025
Análisis
El 7 de octubre, la Cámara de Diputados aprobó con 338 votos a favor una profunda reforma a la Ley Aduanera.El discurso oficial habla de “combatir la corrupción” y “modernizar el comercio exterior”, pero la realidad apunta a otra dirección: más costos, más trámites y precios más altos para todos los mexicanos.Una reforma con costo al consumidor.
El dictamen modifica 65 artículos, crea 44 nuevos y elimina 9, configurando uno de los marcos aduaneros más estrictos de América Latina.Entre sus puntos más duros, los agentes aduanales serán responsables solidarios por cualquier infracción, las multas se triplican y las patentes dejan de ser permanentes, limitándose a 20 años renovables.
Lo que en papel parece “control y transparencia”, en la práctica se traduce en más burocracia, costos operativos más altos y demoras en el despacho de mercancías.Y cada día de retraso en la aduana termina pagándose… en los precios del consumidor.
Golpe directo a tus compras en línea
Plataformas como Shein, Temu o Amazon ya sienten los efectos. Desde agosto pagan 33.5% en impuestos, y la nueva ley endurece aún más los controles.Un pedido de $500 dólares, que antes pagaba $95 de impuestos, ahora generará $167.50 en gravámenes. Es decir, tus compras en línea serán cada vez menos accesibles y más lentas de recibir.
Suben precios en más de 1,400 productos
La reforma también aumenta aranceles a más de 1,400 productos provenientes de países sin tratados comerciales.El impacto será directo en el precio de textiles, calzado, muebles, juguetes y electrodomésticos, que podrían encarecerse entre 40% y 80% en los próximos meses.El ciudadano común será quien absorba el costo de una ley que promete transparencia, pero recauda más y encarece la vida.
El Senado tiene la última palabra
La iniciativa ahora pasa al Senado de la República, donde podría modificarse o ratificarse.Empresarios, importadores y especialistas advierten que, si se aprueba sin cambios, México enfrentará una ola inflacionaria provocada por su propio gobierno.
La pregunta no es menor:¿Estamos frente a una reforma que limpiará las aduanas… o ante una maniobra fiscal disfrazada que hará más caro vivir en México?
